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Trance y mitos sobre la hipnosis
Este es probablemente el concepto o creencia sobre la hipnosis que más mitos genera: la idea de que la persona entra en un estado especial de la consciencia.
En esto se basan mitos como el de que se pierde la consciencia y la voluntad, que se accede a partes ocultas de la mente, o que se puede quedar atrapado o trastornado.
Esta visión de la hipnosis surgió en tiempos en los que no teníamos ni la más remota idea de cómo funcionaba la mente humana, y esta cuestión estaba dominada por la religión y la filosofía.
Cuando los científicos empezaron a interesarse por los fenómenos que hoy llamamos hipnosis, aquello se parecía mucho a los trances de posesión o de iluminación típicos de muchas prácticas religiosas.
De hecho, de ahí vienen muchos de los mitos que he mencionado al principio. Siendo así, pensar en la hipnosis como una manera de provocar artificialmente esos estados de trance era una manera bastante natural e intuitiva de llevar esa visión mágica y espiritual al pensamiento científico de la época.
Por suerte, en el último siglo hemos podido aprender mucho sobre cómo funcionan la conducta, la memoria, la percepción, la consciencia… haciendo que ya no sea necesario apelar a ningún “estado especial” para explicar todos y cada uno de estos fenómenos, incluidos los más peculiares, raros o sorprendentes.
Entonces ¿Qué es el trance?
Así que, por contestar a la pregunta, el estado o trance hipnótico podría definirse como un tipo de experiencia subjetiva que viven algunas personas (no todas) cuando participan en una sesión de hipnosis, y que se caracteriza principalmente por una fuerte sensación de disociación… pero de esto hablaremos en otro vídeo.
Porque sí, se puede mejorar la susceptibilidad hipnótica de alguien aunque al principio parezca “no ser hipnotizable”.
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